lunes, 26 de octubre de 2009

DESPLAZAMIENTO

Los delfines pueden aguantar desde 5 a 15 minutos de bajo del agua, dependiendo del tamaño (cuanto más grandes, más soportan). Suelen descender entre cien y seiscientos metros para encontrar sus presas.
Los delfines mulares, los comunes, llevan a nadar a una velocidad de 30 nudos (54 Km/h) durante kilómetros y kilómetros. Otros, sólo alcanzan los 10 nudos (18 Km/h). Cuando “pasean”, la velocidad oscila entre 2 y 6 nudos.
Los cetáceos no avanzan remando con las aletas. Ésta zona tiene una función secundaria en la propulsión; sirven para la estabilización vertical y horizontal, favorecen los giros, las frenadas y las aceleraciones. También sirven para acariciar.
Tienen una piel muy suave, la cual se daña y se cura con mucha facilidad. Debajo de ella, poseen una capa de grasa. La función de la piel funcionar como un sensor de presión de las turbulencias ya que en un punto de la superficie, en el cuerpo se produce un exceso de presión y se deforma para resbalar mejor el cuerpo en el agua.
Hay zonas del cerebro que contienen cristal de óxido de hierro, gracias a los cuales dispone de una especie de aguja imantada interna. La cabeza magnética terrestre les orienta en sus largos viajes. Para ellos, las anomalías geomagnéticas constituyen puntos de referencia que han de memorizar. Las variaciones aleatorias de este campo, provocadas, pueden desorientarlos.

http://es.geocities.com/solodelfines/delfin.html

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